A veces la digitalización nos hace sentirnos dentro de ‘Matrix’. Pero en realidad seguimos viviendo entre dos mundos, especialmente las personas que hemos nacido en los años 70. No pertenecemos al grupo de quienes se jubilaban con un Parker de oro, ni al de los niños que han nacido sabiendo manejar una pantalla táctil. Sin embargo, convivimos en medio de ambos y esto no siempre es fácil.
Digitalización en la Comunicación
No tengo nada en contra de las nuevas tecnologías, todo lo contrario. Yo misma utilizo herramientas digitales en mi negocio. De hecho, nuestra vida es más fácil gracias a ellas. Lo único que propongo es una reflexión que aboga por no dejar de ser lo que somos. Propongo la convivencia entre dos mundos: el offline y el digital.
No olvidemos que la comunicación tradicional también ha tenido sus ventajas. Por ejemplo, nos ha hecho agudizar el ingenio. ¿Recuerdas aquel boli que, por arte de magia, borraba todos tus gazapos en un examen? Ahora basta con que mantengas pulsada la tecla `Delete’ de tu ordenador para borrar todo rastro de errores. Y eso está muy bien, pero también nos está haciendo menos cuidadosos con nuestra ortografía y caligrafía. Ahora es la máquina la que se encarga de corregir faltas y estandarizar letras.
¡Ojo! Que no hay día que no me siente delante de mi ordenador para trabajar. Sin embargo, también necesito recuperar de vez en cuando la magia del lápiz y el papel para ordenar mis ideas.
Relaciones 3.0
No cabe duda de todo el bien que la digitalización ha hecho por nuestras relaciones personales. Gracias a las redes sociales, podemos recuperar el contacto con antiguos amigos y conocer a otros nuevos. Por no hablar de la cantidad de parejas que se han conocido a través de Tinder o Instagram.
Las redes sociales y el whatshapp nos permiten tener un contacto más directo y continuo con nuestros amigos e incluso, llamarles gratis a otros países. Definitivamente, la digitalización ha acortado distancias. Tanto que también nos hemos hecho más cómodos y ligeramente impuntuales. ¿No te resulta familiar leer ese mensaje de “llego en 10 minutos”, justo a la hora a la que has quedado?
Tengo la sensación de que ahora las relaciones son más impersonales. Podemos conectarnos cómodamente desde cualquier lugar del mundo sin importar la hora. Nos ahorramos tiempo y dinero en transporte. Pero si abusamos de ello, corremos el peligro de que nuestras relaciones sean virtuales y acabemos saliendo a cenar con un Tamagotchi. ¿Dónde queda el encanto de esos cafés interminables con tu mejor amiga? ¿O la curiosidad de una primera cita?
También nos hemos vuelto más impacientes. Esperamos respuestas al segundo. Reconoce cuántas veces envías un whatshapp y no paras de mirar tu móvil compulsivamente hasta que te responden.
Digitalización y hábitos de compra
Nadie duda de que Amazon ha simplificado el proceso de compra. Añadido a que las compras online suelen ser más rentables. Al eliminar personal y pasos en el proceso de compra aumenta el margen de beneficio, que permite ajustar precios y hacer mejores rebajas que en la tienda física.
Pero por muy real que sea el producto en fotos, no puedes probar la textura de una crema u oler un perfume. No puedes tocar el tejido de un vestido, ni saber cómo te va a sentar a ti y no, a la modelo de la foto. ¿Qué ha sido del placer de ir de tiendas?
Infoxicación
El mundo digital está lleno de posibilidades. La inmediatez de las redes sociales y el whatshapp para difundir contenidos a golpe de click en cuestión de segundos. Es increíble la cantidad de información a la que tenemos acceso. Algunos hablan incluso de “infoxicación”. Ya existen tutoriales de casi todo. Hasta puedes aprender a hacer cupcakes en unos minutos, aunque no hayas estado nunca entre fogones.
Pero nadie regala nada. Se trata de un “win – win”. Tenemos fácil acceso a todo tipo de información, a cambio de nuestros datos. ¿O es que nunca te han pedido que te registres para poder descargarte un E-Book o para participar en un sorteo? Esto es lo que se conoce como Inbound Marketing. Una de las técnicas de Marketing más usadas en la actualidad. Las marcas conocen tan bien al usuario, que le ofrecen en cada momento exactamente lo que necesita. En este sentido, en BMW son auténticos maestros. Por ejemplo, poco antes de que se desgasten los neumáticos de tu coche, llega a tu buzón una promoción para cambiarlos.
En conclusión, la digitalización supone un increíble avance que nos hace la vida más cómoda. Pero somos personas, sentimos y padecemos y no podemos renunciar a lo que somos. No debemos perder ese componente esencial de humanidad, educación y empatía que nos hace únicos. Por eso, al vivir entre dos mundos, es tan importante recuperar lo bueno del offline y unirlo a lo digital.